TITULO: LOS DIEZ
MANDAMIENTOS: ¡EL PATRON IMPOSIBLE DE DIOS PARA EL HOMBRE!!!!
Subtítulo: Talvéz No
Podemos “Guardar” El Primero, ¡Mucho Menos Los Diez!
Este artículo es en respuesta al creciente
número de aquellos que insisten que estamos equivocados porque nosotros
adoramos en el día Domingo—el primer día de la semana.
Por supuesto, la lógica para la crítica se basa en el mandamiento de Dios para
Israel, cuando les dijo: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo.” (Exodo 20:8).
Pero antes de que abordemos los detalles
específicos acerca del mandamiento del Sábado, demos un vistazo a los
mandamientos como un todo, según la enseñanza del Nuevo Testamento. Cuando un
Escriba (o “jurista”) trató de probar al Señor preguntándole cual era el mayor
mandamiento, el Señor le respondió de la siguiente manera:
“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el
primero y grande mandamiento.” (Mateo 22:37-38, versión Reina Valera
1960, énfasis mío).
En Exodo 20:3, el primer mandamiento se dice
de esta manera:
“No tendrás dioses ajenos delante de mí.” (Exodo
20:3)
Y por supuesto, el Señor explicó la intención
íntegra del mandamiento, señalando que Dios demanda nuestra completa lealtad y
amor. El debe ser número uno en nuestros corazones.
PRIMERA PREGUNTA: ¿Es humanamente posible para
nosotros amar a Dios nuestro Señor con todo nuestro corazón, alma y mente? Por
supuesto, la respuesta es un ¡no! enfático. Aún aquellos individuos en los
campos seculares de la psiquiatría y la psicología entienden que nosotros nos
amamos básicamente a nosotros mismos, y simplemente “buscamos ser el número
uno”. Hemos nacido egoístas y centrados en nosotros mismos –y realmente debemos
trabajar eso para madurar y aprender a comprometernos con los demás, para
lograr llevarnos bien. Este egoísmo innato es el resultado de nuestra
naturaleza pecaminosa depravada, y nunca puede ser erradicada totalmente
mientras estemos en estos cuerpos mortales. (Cuando nacemos de nuevo, ganamos
una nueva naturaleza, pero no somos liberados de la vieja).
Entonces, para enfatizar el concepto general,
debemos tomar en consideración que el Nuevo Testamento deja claro que toda la
ley está condensada dentro del mandamiento de amar a nuestro prójimo como a
nosotros mismos:
“Porque toda la ley en esta sola palabra se
cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” (Gálatas 5:14, Reina Valera 1960)
“Si en verdad cumplís la ley real, conforme a
la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis” (Santiago 2:8,
Reina Valera 1960)
SEGUNDA PREGUNTA: ¿Amamos a nuestro prójimo tanto
como nos amamos a nosotros mismos? ¡Debes estar bromeando! Si lo hiciéramos,
todo lo que él tendría que hacer es pedir las llaves de nuestra casa, auto u
otra propiedad ¡y se la daríamos sin murmurar! Y usted sabe muy bien que ese no
es el caso con ninguno de nosotros.
El segundo mandamiento es:
“No te harás imagen, ni ninguna semejanza de
lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo
de la tierra. 5No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo
soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre
los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6y
hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.”
(Exodo 20: 4-6 Versión Reina Valera 1960).
Este segundo mandamiento esta muy
estrechamente asociado con el primero en que éste define los “dioses”
mencionados previamente. En otras palabras, Dios no tolerará que Su pueblo
adore ídolos –“grabados (o esculpidos)” o imágenes de hombres, aves, bestias, o
cualquier otra cosa. Así que cualquier cosa a la que le permitimos estar entre
Dios y nosotros es técnicamente un ídolo, porque debemos la devoción y amor a
Dios.
TERCERA PREGUNTA: ¿No hemos nosotros permitido
ocasionalmente que carreras, posesiones, hijos, nietos, o (llene el espacio
en blanco) tenga más tiempo y devoción que la que dedicamos a Dios? Usted
conoce la respuesta.
El tercer mandamiento es:
“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en
vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.”
(Exodo 20:7, Versión Reina Valera 1960).
Ya que muchos mal entienden la frase “en
vano”, talvéz la Biblia Amplificada
puede ayudar a traer algo de luz aquí:
“No usarás o repetirás el nombre de Jehová tu
Dios en vano [esto es livianamente o frívolamente, en afirmaciones falsas o
profanamente]; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en
vano”.
CUARTA PREGUNTA: ¿Hay alguien entre nosotros
que sea tan osado para afirmar que nunca ha usado alguno de los tantos nombres
de Dios en forma ligera o frívola? La mayoría de los Cristianos hoy son
culpables de utilizar el nombre de Jesús en una forma irrespetuosa –similar a
llamar a su padre por su primer nombre. Esa es la razón por la que yo le enseño
a la gente a anexarle a Su nombre con el título de “Cristo”, o precederlo con
“el Señor...” la mayoría de la gente piensa inmediatamente en profanación
cuando se menciona este verso, pero eso es sólo una parte de su significado.
¡Usar Su Santo nombre de manera frívola es quebrantar ese mandamiento!
Ahora llegamos al cuarto mandamiento, que es:
“Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (Exodo 20:8 Versión Reina Valera 1960).
La exhortación a “recordar” el Sábado fue dada
a Israel en el Monte Sinaí, según sostienen algunos comentarios, porque el
principio del séptimo día de descanso les fue enseñado previamente, siendo
instituído por Dios al final de la semana de la creación. ¿pero qué significa
“santificarlo”? ¡Como se impuso originalmente, este era un día en el que se
imponía el descanso total bajo pena de muerte! Era tan solemne la observancia
que ellos eran incluso reprendidos para ni siquiera prender un fuego en ese día
(Exodo 35:3). Por eso es que debemos entender que ya que la santidad es
básicamente estar apartado para el servicio a Dios, observar este descanso del Sábado era una señal entre ellos y Dios de su posición ante
Dios. Encontramos esta declaración en los siguientes versos:
“Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo:
En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal
entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo
soy Jehová que os santifico” (Exodo 31:13, Versión Reina Valera 1960, Enfasis mío). (Santificación es
el proceso por el cual el pueblo de Dios es hecho santo).
“Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel;
porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día
cesó y reposó” (Exodo 31:17, Versión Reina Valera 1960).
Entonces, el Sábado, día de reposo, es
claramente algo entre Dios y la nación de Israel --¡no la Iglesia! Esto incluye
el resto de todos los Cristianos verdaderos que ahora están en Cristo (Hebreos
capítulo cuatro). Su obra en la cruz fue consumada, y nosotros hemos entrado a
Su reposo con El, y no estamos atados a la observancia de ningún día en
particular. Colosenses 2:16-17 habla de esto cuando establece:
“Por tanto, nadie os juzgue en comida o en
bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual
es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.”
En ningún lugar del Nuevo Testamento este
mandamiento a Israel se le reitera a la Iglesia, e incluso, es el único de los
Diez Mandamientos que no se replantea de una forma u otra. Pero antes de que dejemos
este mandamiento en particular, debemos señalar que este –como el resto—fue y
aún es imposible de cumplir perfectamente por Israel o cualquier otra persona. Todo
el mundo viola la santidad asociada a el, en pensamiento, palabra o acción,
porque somos criaturas pecadoras. Y continuaremos amplificando este hecho en
los próximos seis mandamientos.
QUINTA PREGUNTA: ¿Cómo pueden los que insisten en
que el Sábado –guardar un día en particular—es obligatorio a la Iglesia, cuando
convenientemente pasan por alto la pena de muerte asociada a la violación de
este –una muerte por apedreamiento, que estaba en manos de los hermanos?
Luego, llegamos al quinto mandamiento, el
cual es:
“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus
días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da” (Exodo 20:12 Versión
Reina Valera 1960).
¿Qué significa honrar a nuestros
padres? La Biblia Amplificada muestra este verso para arrojar un poco más de
luz a lo que significa honrarlos:
“Admira (trata con honor, por
obediencia y cortesía) a tu padre y a tu madre, para que tus días sean largos
en la tierra que el Señor tu Dios te da”.
SEXTA PREGUNTA: ¿Ha existido alguna vez algún niño que no sea Jesucristo, que no haya
deshonrado, desobedecido y actuado descortésmente hacia sus padres en su
corazón, si no abiertamente, en algún punto, y con cierta frecuencia?
El sexto mandamiento es:
“No matarás” (Exodo 20:13 Versión Reina
Valera 1960)
La palabra hebrea traducida como “matar” es ratsach, y tiene la connotación de homicidio.
En muchas ocasiones, Dios ordenó al ejército de Israel matar Sus/sus enemigos,
y El no les ordenaría hacer algo que les había prohibido expresamente. Pero
para nuestros propósitos, las palabras del Señor mismo establecen claramente lo
fácil que nosotros quebrantamos este mandamiento en nuestro corazón:
“Oísteis que fue dicho a los antiguos: No
matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os
digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y
cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y
cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego” (Mateo
5:21-22).
¡A los ojos de Dios enojarse contra un
hermano sin razón es tan serio como el homicido!
SÉPTIMA PREGUNTA: ¿Se ha enojado con alguien
últimamente?
El séptimo mandamiento es:
“No cometerás adulterio” (Exodo 20:14)
Una vez más, el Señor nos da Su perspectiva
de este pecado:
“Pero yo os digo que cualquiera que mira a una
mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Exodo 5:28)
OCTAVA PREGUNTA: ¿Ha sentido alguna vez lujuria
por alguien en su corazón? Vamos, tu podrías admitirlo igualmente, ¡porque
sabemos que eres tan culpable como el resto de nosotros! No tiene que durar
mucho –sólo un pensamiento pasajero que cruza tu mente –pero quebranta el
mandamiento.
El octavo mandamiento es:
“No Robarás”. (Exodo 20:15)
NOVENA PREGUNTA: ¿Alguna vez lo has cogido suave
en el trabajo y has holgazaneado un poco? Tiempo robado. ¿Alguna vez
tomaste un lapicero o lápiz, incluso un clip, lo olvidaste, lo llevaste a casa
y lo dejaste ahí? Mercancía robada.
¿Alguna vez has murmurado sobre alguien? Reputación robada.
¿Captas la idea?
El noveno mandamiento es:
“No hablarás contra tu prójimo falso
testimonio”. (Exodo 20:16)
DÉCIMA PREGUNTA: ¿Ha dicho alguna “mentirita
blanca” para no herir los sentimientos de alguien, no diciéndole toda la
verdad? ¡Una verdad a medias es una mentira completa!
El décimo mandamiento es:
“No codiciarás la casa de tu prójimo, no
codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni
su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”. (Exodo 20:17)
La codicia no es meramente querer el mismo
tipo de cosas que otro tiene, sino querer esas que le pertenecen a él—y así
despojar a tu “prójimo” de ellas. Hay un elemento definitivo de celos envuelto
en el pecado de la codicia.
ONCEAVA PREGUNTA: ¿Quién no ha sentido una
punzada de esta clase de celos cuando un rival recibe elogios, y nosotros somos
excluídos? Recuerde que las “cosas” codiciadas no necesitan ser materiales.
Así que sin irnos a los extremos en tratar de
crear cada punto, debería ser obvio que los Diez Mandamientos—y por extensión,
toda la Ley de Moisés—fue dada para condenar la raza humana, porque todos somos
pecadores por naturaleza y práctica. El sistema de leyes y sacrificios del
Antiguo Testamento sirvió para enfatizar el punto de que necesitamos un
Salvador. ¡Un verdadero Judío piadoso se daría cuenta rápidamente de que no
puede llevarle el paso al pecado obvio en su vida haciendo los sacrificios
apropiados! El no tendría ni el tiempo ni las finanzas para ir y venir a
Jerusalen cada vez que está convencido en su corazón acerca de un pecado en
particular. Y tarde o temprano, el tendría que simplemente acumularlos todos
juntos y confiar en que Dios lo perdonará cuando ofrezca un animal inocente en
su lugar. El perdón de Dios ha sido siempre por gracia, y nunca se ha asegurado
por el sacrificio de “toros y de los machos cabríos” (Hebreos 10:4).
El “legalismo” ha sido definido como el deseo
de Cristianos profesos de volver hacia la ley—como expesan aquellos que
insisten en observar varias ordenanzas contenidas en ella, como el Sábado.
Amados, nosotros tenemos perfecta libertad en Cristo, y es necedad que
cualquiera quiera llevar la “bola y la cadena” que le fue impuesta al Israel
del Antiguo Testamento. Cuando apartamos un día de siete para adorar al Señor,
estamos guardando la intención del mandamiento—sino la letra misma. El día de
la semana en específico es de poca importancia, debido a nuestra libertad en
Él.
“Anulando el acta de los decretos que había
contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en
la cruz” (Colosenses 2:14)
Si usted ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, pero ha
sido muy tibio en su caminar espiritual con El, usted necesita pedirle
inmediatamente perdón y renovación. El lo perdonará instantáneamente, y llenará
su corazón con el gozo del Espíritu Santo. Entonces, necesita iniciar un
caminar diario de oración y estudio personal de la Biblia.
Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo como Salvador, pero ha
comprendido Su realidad y el Fin de los Tiempos que se acerca, y quiere aceptar
Su regalo GRATIS de la Vida Eterna, usted puede hacerlo ahora, en la privacidad
de su hogar. Una vez lo acepte a El como Salvador, usted habrá Nacido de Nuevo,
y tendrá el Cielo tan seguro como si ya estuviera allí. Entonces, podrá
descansar seguro de que el Reino del Anticristo no lo tocará espiritualmente.
Si a usted le gustaría Nacer de Nuevo, vaya ahora a nuestra Página de Salvación .
Esperamos
que haya sido bendecido por este ministerio, que busca educar y advertir a las
personas, de modo que puedan ver el Nuevo Orden Mundial por venir -el Reino del
Anticristo-en sus noticias diarias.
Finalmente, nos encantaría saber de usted. Puede enviarnos un E-Mail a
Dios le bendiga.
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