1. En Salmo 118:8 Dios declara: " Mejor es confiar en Jehová Que confiar en el hombre." Este verso es literalmente el tema de toda la Biblia. Habla de la absoluta soberanía de Dios en las vidas de las personas y de los asuntos de este mundo. El Apóstol Pedro afirmó esta misma Verdad en 1 Pedro 5:7 cuando dice: "Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros." [RV 1960]

¡¡Es una verdad extremadamente confortante!! Ya que Dios controla a los lideres de las naciones y ya que Él es absolutamente soberano, podemos lanzar todas nuestras ansiedades y preocupaciones en Sus manos; literalmente, nos podemos deshacer de nuestras cargas dejando que Dios tome posesión de ellas. Que hermosa sicología es esto; que grandiosa liberación de tensión y de estrés,

Pero, Dios continua hablando de Su deseo y de su disposición de cuidar a Sus santos. En Mateo 6:24-34, Jesús nos dice "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas." Dios establece en Hebreos 13:5b-6, " Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre." En este verso, Dios dice claramente que El nunca, nunca, nunca nos dejará sin ayuda, ni de sostenernos en el hueco de Su mano. No debemos preocuparnos de como hemos de vivir, lo que hemos de comer, o de afanarnos por las necesidades de la vida; Dios ha de velar por esas cosas para que no nos falte.

El escritor a los Hebreos concluye, en el vehículo 6 con lo siguiente, "El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre." Como yo lo veo, el hombre sólo puede hacer unas pocas cosas:

1. El hombre nos puede perseguir. Pero nosotros no debemos temerle a esto, porque tal persecución nos proporcionará dos bendiciones distintas que de otro modo no vendrían a nosotros. Primero, cuando somos perseguidos, somos madurados en una manera especial. Santiago 1, versos 2-4 y 12 dicen, "Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna…Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman."

La persecución lleva al creyente fiel y verdadero, recompensas tan grandiosas y especiales que debemos agradecerle a Dios que hemos sido tenidos por dignos de sufrir por Él.

2. El hombre nos puede meter en prisión. Nuevamente, un creyente puede ser recompensado solamente cuando él es encarcelado injustamente. Muchos, muchos creyentes durante todas las épocas desde Jesucristo han sido echados en cárceles debido a su fe. Pero, ellos no solo perseveraron, sino también que prosperaron espiritualmente. Muchas personas han sido alcanzadas por el Evangelio dentro de las paredes de las prisiones, por el testimonio que los Cristianos han dado. También, Pablo reportó el fenómeno de que su encarcelamiento había redundado para el fortalecimiento de los creyentes en el exterior.

3. El hombre puede matar nuestros cuerpos físicos. Jesús nos dijo que no temamos a aquellos que nos amenazan con muerte física, "… no temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer. Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno…"El martirio físico de los santos de Dios siempre ha sido el catalizador para el crecimiento de la iglesia. Literalmente Dios cambia el mal que los hombres perversos le hacen a los santos Cristianos a un bien supremo, básicamente, recompensas celestiales por su fidelidad. Inmediatamente después de la muerte, los santos Cristianos pasan al Paraíso, para ser confortados en el regazo de Jesucristo

Así que, si los Cristianos rechazan el temer a la persecución, encarcelamiento, o a la muerte física, no tendríamos razón para estar descansando y estar felices en nuestra segura confianza en Jesucristo. Podemos disfrutar literalmente cada día que Dios nos ha dado. Podemos enfrentar literalmente los juicios inminentes que han de venir sobre el mundo entero con gozo y felicidad personal. Una vez que llegué al punto de aceptar estos juicios como parte de la voluntad de Dios, sentí una llenura única del Espíritu Santo que ha continuado día tras día. Yo disfruto esa dulce comunión diaria con mi Señor y Salvador, Jesucristo. Mientras veo los eventos como se desenvuelven ante mis ojos, Yo estoy gozoso en la realidad de que el Rapto de la Iglesia esta cerca, muy cerca. Muy pronto, Yo he de mirar el dulce rostro de mi Señor y Salvador, cara a cara. Me entristezco por los enormes pecados en todas partes a mí alrededor, y me apeno por esas preciosas almas que rechazan a Jesucristo, especialmente mis seres queridos que aun no son salvos, pero soy confortado personalmente por la inquebrantable fe de que mi nombre esta escrito en el Libro de la Vida del Cordero. Puedo decir con Job, "…aunque él me matare, en él esperaré…"(13:15)