Título: PRUEBAS DE QUE LOS PECADOS SEXUALES DEL CATOLICISMO ROMANO HAN EXISTIDO MUCHO ANTES DE LOS 40 AÑOS QUE ADMITEN LOS SACERDOTES DE HOY - Parte 3

Subtítulo: ¡Remontándonos al 1710, encontramos que los sacerdotes depredadores hacían presa de las mujeres en el confesionario, usando todas las técnicas que hemos descrito antes, incluyendo amenazar a la mujer con la tortura y la muerte a manos de la Inquisición si ella no se sometía a su lujuria sexual!

¡Viene el Nuevo Orden Mundial! ¿Está usted listo? Una vez entienda lo que es realmente este Nuevo Orden Mundial, y cómo se está implementando gradualmente, ¡¡usted podrá ver como progresa en sus noticias diarias!! ¡Aprenda cómo protegerse usted, y a sus seres queridos!

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Como proclamamos audazmente en el video "Catholicism: White Sepulcher 'Christianity' " (Catolicismo: 'Cristianismo' de sepulcro blanqueado), los pecados de depredación sexual por el sacerdocio católico romano datan del mismo inicio del celibato, en el 1123 de nuestra era. En las partes 1 y 2 de esta serie, trazamos estos tipos de comportamientos a los 1920-1930 y 1904, respectivamente. ¡En este artículo, encontraremos evidencia concreta de que las prácticas depredadoras de los sacerdotes se remontan a 1710!

¡Más aun, usted descubrirá que los sacerdotes de esta era amenazaban a las mujeres en el confesionario en una forma muy especial! ¡Si una mujer resistía las demandas sexuales de un sacerdote depredador, ese sacerdote la amenazaría con acusarla como hereje ante la Oficina de la Inquisición! ¡Esto significaba que la mujer podía ser arrestada de inmediato, torturada por los torturadores del papa, y asesinada! ¡Qué arma de "persuasión"! Esta revelación significa que, en el próximo artículo, tendremos que educarle a usted sobre los horrores de la Inquisición, de modo que usted pueda apreciar totalmente la terrible amenaza que representaba cuando un sacerdote amenazaba de esa forma a una de sus penitentes del sexo femenino.

Esta revelación arroja una luz completamente nueva sobre los pecados sexuales de la Iglesia Católica Romana traídos por el celibato, ¿no? Recuerde el adagio del que Roma siempre se jacta: "Roma nunca cambia".

Examinemos ahora la información pertinente; citamos de un libro titulado, "A MASTER-KEY TO POPERY: Giving a full account of all the customs of the
PRIESTS AND FRIARS, and the RITES AND CEREMONIES of POPISH RELIGION (LLAVE MAESTRA DEL PAPADO: Se ofrece un recuento completo de todas las costumbres de los SACERDOTES Y FRAILES, y los RITOS Y CEREMONIAS de la RELIGION  PAPISTA) en cuatro partes, por Anthony Given, uno de los sacerdotes
católicos romanos de Zaragoza", Cincinnati: Publicado por B. Crosby, 1832.

¡Una de las ventajas para el autor de estudiar el material que investiga y publica remontándose tanto en la historia, es que tenía acceso inmediato al material de al menos 100-200 años previo a la fecha de publicación! Sin duda, algunos de los ejemplos que detalla este autor, un sacerdote católico romano de Zaragoza, datan de 1710.

Demostraremos que el celibato llevó a los sacerdotes a cometer serios abusos y a una vida hipócrita desde el 1710. Queremos señalar nuevamente que esta información demuestra que el reciente libro "Goodbye! Good Men" (Adiós, hombres buenos), por Michael Rose, vomita mentiras cuando declara que: 1) El celibato no es la razón por la que este escándalo de pedofilia sacerdotal se ha desatado; 2) y el problema no yace en la estructura de la Iglesia Católica Romana. ¡Rose luego declara audazmente que todo el escándalo sexual puede resolverse, y sanarse cada herida, si la Iglesia vuelve a la ortodoxia que practicó antes de 1962! Usted descubrirá que había sacerdotes depredadores actuando en 1710, algunos en una manera muy escandalosa, al presionar a sus penitentes del sexo femenino en el confesionario a tener relaciones sexuales con ellos.

Más aun, a medida que discutamos estas revelaciones, usted descubrirá otros actos increíbles de frailes y sacerdotes, acciones que son completamente opuestas a sus pretensiones exteriores de santidad, castidad y pureza. ¡Ciertamente, la Iglesia Católica Romana siempre ha sido un "sepulcro blanqueado", bello por fuera, pero lleno de huesos de muertos por dentro!

1. Páginas 20-21, por Anthony Given -- Notas de apertura de Given: "La confesión de una joven mujer en Zaragoza, a la cual llamaré María. Y esto lo relato para mostrar la forma común de sus penitentes en confesión. La cosa no fue pública; y por tanto la doy bajo un nombre supuesto".

Note que el padre Given declaró que su relato sobre esta mujer a la cual dio el nombre supuesto, María, era la "forma común de las penitentes en confesión''; ¡en otras palabras, estas acciones aquí reveladas de un sacerdote depredador contra una mujer ocurrieron "comúnmente!". Ahora vayamos al relato de Given:
1
"Confesor: Dime, desde el principio, hasta el día de la muerte de él y lo mejor que usted pueda recordar, sus pensamientos pecaminosos, palabras, acciones, no, sus verdaderos sueños sobre esta materia.

María: Padre, el caballero era nuestro vecino, de una buena familia y fortuna, y por medio de la amistad de nuestros padres, que eran sus vecinos, tuvimos la oportunidad de hablar como queríamos... finalmente me declaró un día, cuando nuestros padres estaban en el exterior, la gran inclinación que sentía hacia mí; y que eso se había convertido en una pasión, y esto en un amor inexpresable, que ya no me podía ocultar... desde entonces, hemos vivido de acuerdo con las familiaridades de esposo y esposa. El efecto de esta promesa recíproca fue la ruina de mi alma y el comienzo de mi vida pecaminosa..."

Confesor: ¿Cuán a menudo te visitaba?

María: El primer año venía a mi habitación cada noche, luego de que ambas familias se habían ido a la cama... Pero mi pena es doble cuando considero que, al comprometer a mi dama de compañía en esta intriga, he sido también la ocasión para su ruina, porque por mi mal ejemplo, ella vivía en la misma manera con el sirviente del caballero, y yo tengo la deuda de que he sido también la ocasión para todos sus pecados...

Confesor: ¿Salió a la luz el efecto de estas visitas?

María: Debería haber sido, de no haber sido yo tan bárbara e inumana para evitarlo, mediante un remedio que tomé, que respondió a mi propósito. [NOTA: Este "remedio" del que se habla aquí fue una sustancia química que provocó un aborto.  María dice que tomó una sustancia química, llamada un "remedio", para abortar el niño que había concebido con este "caballero", este "amigo de la familia"].

Confesor: ¿Y cómo pudiste obtener el remedio, habiendo una vigorosa ley en contra de él? [NOTA: Las leyes del país absolutamente prohibían el aborto mediante este "remedio", y todos los oficiales católicos romanos juraban respetar las leyes seculares de las naciones en las cuales residían. Por tanto, la próxima revelación de María es una bomba certificada].

María: Procurarlo me trajo a una vida aun más malvada; porque me relacioné con un fraile, primo mío, que siempre me había expresado una gran estima; pero un día después de la cena, estando solos, comenzó a hacerme el amor, y se iba a tomar mayores libertades de las que se había tomado antes. Le dije que si podía guardar un secreto, y hacerme un favor, yo cumpliría su deseo. Me prometió hacerlo bajo palabra de sacerdote. Entonces le dije mi asunto, y al otro día me trajo la medicina necesaria; y desde entonces quedé libre de esa inquietud".

¡Este sacerdote violó la "rigurosa ley" contra el aborto, y consiguió la medicina del aborto para María! ¡Este sacerdote la ayudó a sabiendas a matar al bebé que llevaba en el vientre! No sólo violó la ley secular, sino que violó la ley moral de Dios en contra de tomar una vida humana. Ciertamente, este es un hombre de los cuales Dios habló que su "conciencia está cauterizada" como si se le hubiera aplicado un hierro candente [1 Timoteo 4:1-3]; ¡pero por qué debe sorprendernos esta revelación, ya que todos los sacerdotes sirven a un sistema religioso basado en una "doctrina de demonios" -- enseñando que las personas no se casen!

Pero María no ha terminado con su historia:

"Le estaba tan obligada a él, que desde entonces me he sentido obligada a permitirle muchas otras libertades en mi casa... él deseaba que yo lo gratificara también con mi compañía, varias veces, y que consintiera que mi sirvienta satisfaciera su lujuria; y no sólo esto, sino que al desear que yo corrompiera a una de mis amigas, ha arruinado el alma de ella; porque al estar en la misma condición en que yo estaba antes, me sentí obligada, por temor, a suplirle el mismo remedio, que produjo el mismo efecto" [p. 24-25].

Ahora, podemos ver que el sacerdote impuso una penalidad muy alta por la ayuda para abortar que le había dado a María. ¡Ahora, insistía, bajo la presión del chantaje --revelar su aborto-- que ella tuviera relaciones sexuales repetidas veces con él. ¡Pero no sólo con él, sino con los frailes con los que él trabajaba! ¡Luego, le insistió a María que le permitiera sostener relaciones sexuales con su sirvienta!

Para unos sacerdotes "célibes" eso es tener muchas relaciones sexuales, ¿no cree? María no da una idea firme de cuánto tiempo continuó este arreglo, pero debe haber sido por bastante tiempo. Algún tiempo después, la sirvienta quedó embarazada de este fraile, y abortó el bebé con el mismo "remedio", suplido sin duda por este mismo fraile.

¡Ahora la sangre de dos niños inocentes está en las manos de este fraile, y de su amiga que hizo trato con él y con María, y con la sirvienta!

Recuerde que el padre Given dijo al comienzo de esta sórdida historia de María: "Y esto lo relato para mostrar la forma común de sus penitentes en confesión". ¡Este caso era común entre los sacerdotes, los confesores, y sus pobres penitentes del sexo femenino!

Pero la confesión de María de todos sus pecados aún no ha terminado. Su verdadero amor, Don Francisco, regresó a su vida, y comenzaron a retozar de nuevo. Sin embargo, esta vez, buscaban lugares distintos a la casa de ella, porque ahora sus padres realmente estaban en guardia. Escuche a María hacer un recuento de esta parte de la historia a su confesor.

Confesor: Pero en cuanto a Don Francisco, por favor dime, ¿con cuánta frecuencia te visitaba entonces?

María: El segundo año no podía verme en privado sino muy poco, y en un lugar sagrado; por no tener oportunidad en casa, ni afuera, yo iba a una capillita fuera de la ciudad, y habiendo ganado al ermitaño con dinero, continuamos nuestro comercio [relaciones sexuales], de esa forma , por seis u ocho veces el segundo año".

¿No es maravilloso? María va a una capillita en el campo, bien lejos de la ciudad, en busca de un lugar en el que ella y Don Francisco pudieran tener contacto sexual. Ella encuentra una capillita católica, y soborna al sacerdote a cargo para que no los molestara mientras tenían relaciones sexuales dentro de la capilla.

¿No encuentra usted esta pasmosa revelación más que un poquito blasfema? ¿Cómo puede un sacerdote, que supuestamente es puro, casto y santo, aceptar sobornos de una pareja que quiere sostener relaciones  sexuales adúlteras en su iglesia? Me pregunto si este sacerdote "célibe" miraba.  María no nos dice. Ni nos dice si él trató de tener relaciones sexuales con ella mediante extorsión para mantener en privado el acuerdo.

El segundo recuerdo de Givens: "Confesión privada de una mujer a un fraile de la Orden Dominica, puesto por escrito ante la Academia Moral 1710, y las opiniones de los miembros sobre ella... la llamo Leonor".

Leonor: El confesor de nuestra familia era un fraile franciscano, quien era el amo absoluto en nuestra casa; porque mi padre y mi madre estaban completamente gobernados por él. Fue más o menos para esa época  que perdí a mi madre; y un mes después de ella, mi padre murió, dejando toda su riqueza al padre confesor, para que dispusiera de ella a su antojo, reservando sólo cierta parte que yo habría de tener, para establecerme en el mundo, a condición de que yo fuera obediente a él. Un mes después de la muerte de mi padre, pretendiendo encargarse de todo lo que estaba en la casa, ordenó una cama para él en la cámara junto a la mía, donde mi sirvienta vivía.

"Después de la cena, la primera noche, llegó a la casa, se dirigió así a mí: 'hija mía, tú podrías con razón llamarme tu padre, porque eres la única hija que tu padre dejó bajo mi cuidado. Tu patrimonio está en mis manos, y debes obedecerme ciegamente en todo'... Nos separamos, y cada uno fue a su cuarto; pero escasamente había pasado una hora, cuando el padre entró a mi cámara, y con halagos y promesas, me privó de mi mejor patrimonio, mi inocencia. Continuamos este curso de vida hasta que, creo yo, se cansó de mí, porque dos meses después, sacó todo lo que había en su casa y se fue al convento, donde murió en diez días..." [página 29].

Una vez más, vemos un comportamiento muy en contra de la imagen externa que la Iglesia Católica siempre pinta de su sacerdocio, esto es, célibe, casto, puro, que cuida de sus feligresses. ¡Ahora podemos ver como este sacerdote confesor de la familia usó su posición de absoluta autoridad sobre esta muchacha para arrastrarse hasta su cama, por dos meses completos! Esta pobre muchacha creyó que él la dejó porque estaba cansado de ella; en realidad, probablemente él estaba bastante viejo, porque había sido el confesor de la familia de ella por años, y podría haber estado sintiéndose mal físicamente. Puede habese retirado al convento porque sentía la llegada de la muerte. ¿No vemos una "confesión en el lecho de muerte" de este viejo sacerdote, no? ¡No hizo ningún esfuerzo para arreglar este pecado antes de dar el paso a la eternidad!

Leonor, sin embargo, está bajo suficiente tensión emocional; decide ir donde otro confesor, para verter todos sus pecados y tener paz espiritual. Ahora revisemos cómo fue esta confesión:

Leonor: "Luego, resolviendo alterar mi vida y mi conversación, fui a confesarme, y después de haber dado un
recuento a mi confesor de mi vida, me preguntó mi nombre, prometió venir al otro día a verme, y ponerme en una manera de vivir cómoda y digna. Me alegré mucho de tener un patrocinador así, de modo que al día siguiente lo esperé en casa. El padre llegó, y después de varias disertaciones, me llevó de la mano a mi cámara, y me dijo que si yo estaba dispuesta a poner mis joyas en sus manos, y cualesquiera otras cosas de valor que yo hubiera recibido del oficial, él me comprometería con un caballero apropiado para mi condición
para que se casara conmigo. Hice todo como él deseaba de mí, y llevándose consigo todo lo que yo tenía en el mundo, se lo llevó a su celda" página 30].

Ahora vemos que este confesor había recibido a una joven mujer en una situación espiritual y emocional desesperada, que esperaba sólo confesar sus pecados para poder obtener paz de corazón mediante el perdón de su pecado. ¡Pero este confesor era peor que el confesor de su familia, porque demandó avariciosamente todas las joyas de su familia y todas las otras cosas que ella tuviera que fueran valiosas, y las recibió sólo sobre la base de su posición de sacerdote en la Iglesia Católica Romana! Esta es una extorsión increíble, y una importante razón por la que la Iglesia es tan rica, ya que este confesor heredería todas sus posesiones a la Iglesia a su muerte.

No obstante, abandonó la casa de Leonor luego de hacerle una promesa; a cambio de todas sus posesiones, buscaría un caballero con el cual ella se pudiera casar. Este pedido revela el deseo apasionado de Leonor y su anhelo de una vida normal. Así que Leonor se despidió del confesor, mientras esperaba que él le consiguiera un esposo.

Ella no tuvo que esperar mucho para volver a verlo.

"Al día siguiente, vino a verme y me hizo otra propuesta, muy diferente de la que esperaba; porque me dijo que yo debía cumplir con su deseo, o de otra manera él me descubriría, e informaría sobre mí al tribunal
de la santa inquisición. Así que antes que incurrir en ese peligro, lo hice por espacio de seis meses, no teniendo nada de qué vivir (porque él se quedó con mis joyas). Me vi obligada a abandonarme a muchos otros caballeros... Al final me dejó, y yo todavía continué mi vida perversa, tratando ilegalmente con caballeros casados y solteros, un año completo, por temor a experimentar el mismo trato de otro confesor" [página 30].

¡La revelación es simplemente increíble, tanto que francamente me faltan las palabras! Tras usar su autoridad como confesor de la Iglesia Católica Romana para robarse las joyas de Leonor --que eran su único medio de
subsistencia-- este sacerdote regresa al día siguiente, en busca de alivio a su lujuria. Una vez más, este comportamiento está directamente opuesto a un sacerdocio que se supone sea santo, puro, casto y célibe. Leonor incluso fue llevada a satisfacer sexualmente a otros sacerdotes, a los cuales lllamó "otros caballeros". Estos sacerdotes entonces han convertido a Leonor en su propia prostituta privada, porque tenían sus joyas antes de iniciar las relaciones sexuales.

¡Luego, a fin de ganar acceso al cuerpo de esta mujer, este confesor la amenaza entonces con la tortura y la muerte! Amenaza con mentir a la Inquisición sobre ella, para que fuera entregada en sus manos para que
sufriera una tortura y muerte atroz. ¡¡Encuentro esto abrumadoramente repugnante, y no puedo poner suficientes signos de exclamación en esta oración!! Durante siglos, las personas han podido ver la "Santa" Inquisición como el máximo fruto podrido --tema que debemos estudiar en alguna profundidad en un artículo posterior-- pero ahora se ha añadido una dimensión totalmente nueva. ¡Ahora, vemos que los sacerdotes de esta era se estaban satisfaciendo sexualmente con sus penitentes femeninas amenazándolas con la tortura y la muerte de la Inquisición!

Recuerde lo que este autor declaró al principio "Y esto relato para mostrar la forma común de las penitentes en confesión". ¡En otras palabras, este tipo de amenaza a las penitentes del sexo femenino con la maquinaria de la Inquisición a fin de tener relaciones sexuales es la "forma común" entre los sacerdotes de esa época!
¡Ahora, vemos que los sacerdotes de esta era se estaban satisfaciendo sexualmente con sus penitentes del sexo femenino al amenazarlas con la tortura y muerte de la Inquisición!

Las revelaciones de Leonor no están completas. Revisemos su conversación con su confesor una vez más:

Confesor: No te puedo absolver, pero regresa el próximo jueves y consultaré sobre todas las circunstancias de tu vida, y luego te absolveré". De nuevo, qué diferencia entre este confesionario pagano de Babilonia y el simple, dulce, evangelio de Jesucrito. ¡Cuando hacemos nuestra oración pidiendo perdón directamente al Salvador, como se nos instruye que hagamos, él nos perdona al instante, y nos limpia completamente de todo pecado; El no demanda que regresemos "el próximo jueves"!

 Leonor: Padre, tengo más que decir: Porque robé un cáliz de la iglesia, por consejo del mencionado confesor, y él hizo uso del dinero que obtuve por la plata, que corté en pedazos; y yo entré en tratos ilegales varias veces con él en la iglesia. A esto debo añadir un número infinito de pecados de pensamiento, palabra y obra, que he cometido en este tiempo..." [página 31]. ¡Nuevamente, vemos una situación completamente increíble! ¡El mismo confesor que se abrió camino a la cama junto a esta pobre mujer ahora la estaba
alentando a robar valiosos artículos de adoración de la iglesia, cortarlos en pedazos, vender los pedazos, y darle el dinero! ¿Qué dijo el padre Givens? "Y esto relato para mostrar la forma común de las penitentes en confesión". ¡Esta extorsión y pillaje era común!

Pero, ahora, llegamos al punto en que este confesor decide cómo manejar mejor esta situación con Leonor, porque ella ha implicado a por lo menos dos sacerdotes confesores en crímenes muy serios contra Dios, la Iglesia, y ella. Las decisiones que este confesor tomó le permitirán a usted entender cómo los obispos y cardenales católicos romanos de hoy no actuaron para sacar a los sacerdotes pedófilos, traerlos ante el tribunal, y proteger a los inocentes que fueron objeto de tanto abuso. ¡Usted verá que los obispos y
cardenales de hoy simplemente seguían una práctica de siglos!

Confesor: [Al redactar su decisión; no habla de Leonor.]

"El primer punto a ser resuelto era, ¿Podía Leonor  demandar al convento franciscano por el patrimonio que dejó su padre en las manos del confesor? El presidente repasó todas las razones,  en pro y en contra, y luego resolvió, que aunque la mencionada Leonor nunca fue desobediente a su confesor, no podía demandar a la comunidad sin rebajar su propia reputación, y echar sobre la orden un crimen tan negro como el de su confesor... parecía apropiado dejar la cosa como estaba" [página 31].

Tal como ahora, los oficiales de la Iglesia Católica estaban más preocupados por la reputación de sus instituciones que por el daño espiritual que se le hizo a la pobre Leonor. ¡Como usted verá a partir del resto de las deliberaciones, ninguno de los confesores fue llevado ante la justicia! Tal como hoy; ciertamente, el Vaticano está correcto cuando dice, "Roma nunca cambia".

"Ell segundo punto a ser resuelto es si ¿Leonor estaba ... en la ocasión próxima de pecado, con ese confesor, los primeros dos meses? Seis miembros de la academia pensaron que lo estaba; porque la ocasión inmediata de pecado significa que una persona puede satisfacer sus pasiones toties quotics, 'sin ningún impedimento', lo cual Leonor pudo hacer todo ese periodo. Pero los otros miembros de esta academia lo objetaron: Que la naturaleza de occasio proxima ... implica libre albedrío y libertad es libre albedrío, lo cual Leonor deseaba
en ese momento, siendo lo que era, joven, inexperta, timorata, y bajo el cuidado y poder del confesor, así que se resolvió que ella no estuvo los dos meses en proxima occasione peccati".

¡Qué basura teológica! ¡Estos oficiales católicos de alto rango decidieron que Leonor no pecó durante los dos meses en que fue coercionada por su confesor! Ella dio su consentimiento a estas relaciones sexuales, aunque la estaban coercionando, y sabía que estaba pecando. ¡Es increíble que, mientras que el sacerdocio arruina totalmente las almas de las personas mediante una violación completa de sus juramentos y pretensiones públicas, arruina las almas al aplicar incorrectamente la Escritura al no llamar, al pecado obvio, pecado!

"El tercer punto: ¿Cometió ella un pecado mayor con el segundo confesor, que la amenazó con la Inquisición? Y, ¿estaba obligada a sufrir todas las dificultades, más aun la propia muerte, antes que cumplir con el deseo del confesor? Se decidió como nemine contradicente, que ella fue obligada, por su propia preservación, a cumplir con el deseo del fraile, y por tanto, su pecado era menor que los otros pecados".

Encuentro repugnante que, mientras que el panel reconoció que Leonor tuvo que someterse a la demanda de actividad sexual por parte del sacerdote porque estaba bajo su amenaza de mentirle sobre ella al panel de la Inquisición, nunca se menciona que el fraile necesitaba un castigo. ¡En ninguna parte de este texto se menciona que se presenten acusaciones contra sus confesores; no se menciona que el fraile que obtuvo gratificación sexual de ella por la  amenaza de la Inquisición hiciera nada incorrecto! ¡Uno sólo puede pensar que esta práctica era tan común entre los sacerdotes de ese tiempo que esta "Academia" de sacerdotes nunca pensó dos veces en el asunto!

 "Y esto relato para mostrar la forma común de las penitentes en confesión". ¡El padre Givens tenía razón!

"El cuarto: ¿estaba ella obligada a hacer restitución del cáliz que robó de la iglesia a instancias del confesor? Los miembros no pudieron llegar a un acuerdo en la decisión sobre este punto, porque algunos eran de la opinión de que tanto ella como el fraile estaban obligados a hacer la restitución... Otros dijeron que Leonor fue el único instrumento del robo, y que el fraile la puso en el camino de hacer lo que ella nunca debió haber hecho, pero por temor a él, y porque ella fue obligada a hacerlo; por tanto, ella no había cometido sacrilegio, ni aun pecado venial por ello; y que el fraile era culpable de sacrilegio y robo, y estaba obligado a hacer la restitución... Leonor estaba libre de la restitución, y recibía una bula de perdones. En cuanto al fraile, por su posición en la comunidad, y por no tener propiedades, y obligado a dejar, a su muerte, todo al convento, debe excusársele de  hacer esa restitución" [página 32].

"El quinto punto: ¿Fue profanada la iglesia por su comercio ilegal? ¿Y estaba obligado el confesor a revelar la naturaleza de esto al obispo, o no? En cuanto a la primera parte, todos estuvieron de acuerdo en que la iglesia estaba contaminada. Sobre la segunda, cuatro eran de la opinión de que la cosa debía revelársele al obispo en términos generales; pero dieciséis lo objetaron, y dijeron que el domincal asperges me Hysopo, et mundabor, 'purifícame con hisopo y seré limpio', se aplicaba aquí. "Cuando el sacerdote rocía la iglesia con el agua bendita y el hisopo, es suficiente para restaurar y purificar la iglesia" [página 33].

¡Ahora sabemos por qué los sacerdotes de hoy justificaron el no informar al obispo de su ruin pedofilia! ¡Razonaron, "asperges me Hysopo, et mundabor"! ¡Después de cometer abuso sexual contra un niño pequeño o una niña, razonaron que todo lo limpiaban yendo a la iglesia y rociándola con "agua bendita y un hisopo!". ¡Más aun, usted puede ver que en 1710 recibieron la idea de que no hay que informar a su superior sobre el crimen! ¡Y si el sacerdote puede razonar de esta forma sobre el informar al obispo, usted sabe que el obispo está razonando de esta forma sobre el informar al cardenal!

Así, las actuales prácticas de engaño y encubrimiento dentro de la Iglesia Católica en relación con estos casos de abuso sexual son consistentes con cómo la Iglesia ha estado encubriendo estos asuntos desde al menos 1710. "Roma nunca cambia".

El padre Givens continúa:

"Después de lo cual el presidente lanzó otra pregunta, a saber: Si esta confesión en privado debía incluirse en el libro de la academia; como perpetuam rei memoriam, 'en recuerdo perpetuo de la cosa'. Y se acordó incluir los casos y resoluciones, no mencionando nada concerniente a los confesores, ni a sus órdenes" [Ibid.].

¡¡¡Encubrimiento, encubrimiento, encubrimiento, encubrimiento!!! ¿Por qué debe sorprendernos todo el encubrimiento sistemático relacionado con los crímenes de abuso sexual cometidos por los sacerdotes actuales? ¡Ahora sabemos que la Iglesia Católica Romana ha estado encubriendo los crímenes de sus sacerdotes desde por lo menos el 1710!

Ahora usted puede apreciar mejor la enormidad de la mentira de "Good-bye! Good Men". Al regresar a la ortodoxia de la Iglesia previo a 1962, volvemos a la situación que vemos aquí en 1710. ¡Encubrimiento!

El padre Givens hace ahora un recuento de otro caso:

"La confesión en privado propuesta en la Academia, por el padre Gasca, jesuita y miembro de la Academia: sobre una mujer de treinta y tres años".

"El caso es este: una mujer de treinta y tres años, vino a confesarse y me dijo que desde la edad de dieciséis años, hasta los veinticuatro, había cometido toda suerte de lujurias, sólo con personas ecleciásticas, y tenía en cada convento un fraile que, bajo el nombre de 'primo', la visitaba: y no obstante la multiplicidad de 'primos' [otros frailes] ella vivía con tanta pobreza, que a la misma vez se vio forzada a convertirse en meretriz para los nuevos 'primos', y que había seguido esa vida infame hasta la edad de treinta y dos años'' [página 33].

¡Aquí las revelaciones son pasmosas! ¡Esta mujer confesó haber seguido un camino de ocho años donde  sólo satisfacía sexualmente a "personas eclesiásticas", y tenía al menos un fraile en cada convento! ¡Más aun, cuando estos frailes permitían que ella quedara desposeída, aunque sostenía relaciones sexuales en forma regular con cada uno de ellos, se veía obligada a prostituirse aun más al buscar a otros frailes para sostener relaciones sexuales!

¡Ciertamente, este es un comportamiento asombroso para sacerdotes que están blanqueados por fuera, pretendiendo ante el mundo que son santos, castos, puros y célibes! ¡Ciertamente, el ex Padre Vinet  ["I Was A Priest" (Fui sacerdote), 1949] estaba correcto cuando dijo que el celibato obligaba a los sacerdotes a convertirse en "hipócritas profesionales" para sobrevivir al sistema! A estos frailes no sólo no les importaba nada esta mujer; todo lo pensaban con el órgano que tenían entre sus piernas; ciertamente, ese símbolo fálico --el obelisco en la Basílica de San Pedro-- es un símbolo más apropiado del sacerdocio que lo que pensábamos originalmente.

Ahora regresemos a esta historia para otra revelación:

"... el año pasado, ella soñó que el diablo se tomaba mucha libertad con ella, y continuando esos sueños o visiones por mucho tiempo, halló que estaba encinta; y protesta que ella no había conocido a ningún hombre durante los catorce meses anteriores. Da a luz un niño, y dice que es el hijo del diablo, que si no encuentro alguna forma de acallar su mente, ella atentaría contra sí misma... Ahora pido su sabio consejo en este caso... otro miembro dijo que había en este caso algo más que una aparición y libertad del diablo, y que él creía que el padre jesuita debía inquirir más cuidadosamente en la materia, e ir él mismo a examinar la casa e interrogar a la gente de ella..."

"Reverendísimos y sapientes padres, la mujer estaba poseída en forma tan fuerte con esa visión que ha hecho el caso público entre sus vecinos y se ha corrido la voz. Por lo cual los inquisidores enviaron por la mujer y la sirvienta y esto ha descubierto toda la historia, a saber: Ese padre Conchillos, fraile victoriano, estaba enamorado, pero ella no podía soportar verlo. Que él se ganó a la sirvienta, y por ese medio cada noche entraba a la casa, y poniendo la sirvienta un poco de opio en la cena de  su señora, ella se quedaba dormida, y el mencionado padre se echó con ella seis noches. Así que el niño no es el hijo del diablo, sino del padre Conchillos" [página 34].

¡Si un hombre hoy día le da a una mujer una sustancia química que la hace dormir para que el hombre pueda tener relaciones sexuales con ella, ese hombre es arrestado y encarcelado! Una vez declarado culpable, puede pasar mucho tiempo en prisión. ¡Aun así, vemos a un sacerdote célibe, santo, casto, colaborando con la sirvienta para poner opio en la comida de la mujer para que ella duerma durante las relaciones sexuales a que la somete entonces el sacerdote!

El padre Givens hace luego un recuento de otra confesión, esta de un sacerdote que estaba agonizando. El sacerdote moribundo habla:

"La confesión privada de un sacerdote, estando a punto de morir, en 1710. Lo llamaré Don Paulo''.

"... Por esto usted puede fácilmente saber que mi dinero ha sido obtenido ilegalmente ... En mi parroquia hay seiscientas familias, y más o menos, las he defraudado en una manera u otra. Mis pensamientos han sido impuros desde que comencé a oír confesiones... Han tenido en mí a un procurador, en todas las emergencias, y no he omitido nada para complacerlos en apariencia externa; pero mis acciones han sido las más criminales de la humanidad... como usted puede ver, en los libros de la parroquia, y observar allí, que en todos esos nombres marcados con una estrella, el bautismo no fue válido, porque no tuve intención. Y para todo esto no puedo dar otra razón que mi malicia y vileza.."

¡En otras palabras, este sacerdote confesó que no llevó a cabo estos bautismos con pureza y honestidad de corazón; por tanto, a los ojos de la Iglesia, el bautismo no fue válido. ¡Esta revelación es muy seria para una Iglesia qu enseña que las personas se salvan mediante el bautismo! A los ojos de la Iglesia, estas personas cuyo bautismo fue considerado inútil debido a la maldad secreta en el corazón del sacerdote están en el infierno.

El sacerdote, Don Paulo, continuó:

"En cuanto a las confesiones y últimas voluntades que he recibido de mis feligreses al momento de su muerte, yo confieso que me he adueñado de tanto como pude, y que por esos medios he reunido todas mis riquezas. He enviado esta mañana por cincuenta toros, y he dado cien escudos para beneficio de la santa cruzada, por lo cual 'Su Santidad' preserve mi alma de la muerte eterna" [página 36].

¡Este pobre sacerdote! ¡Incluso mientras yacía ya cerca de la muerte, y obviamente muy apenado por toda su vida de crímenes contra sus feligreses, confió su alma eterna al Papa, creyendo que se había asegurado un lugar en el cielo eterno porque le había dado 100 escudos a las cruzadas de entonces! ¡Este sacerdote pasó a la eternidad creyendo que iría al Purgatorio, pero que con el tiempo entraría al cielo a causa de su segundo y último pago de dinero al Papa!

Bien declara la Biblia a otra persona que pensó que podía comprar la vida eterna: "Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se compra con dinero nother person who thought he could buy eternal life: "¡Tu dinero perezca contigo, porque has pensado obtener por dinero el don de Dios! Tú no tienes parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios" [Hechos 8:20-21].

En lugar de volverse tan sólo en Fe Salvadora a Jesucristo, incluso en este último momento de su vida, se agarró de las obras hasta el mismo final.

Ahora, este sacerdote sigue confesando una vida de pecados:

"He sido la causa de muchas muertes de inocentes. He procurado, usando remedios, sesenta abortos ..." [página 36].

¿Recuerda la confesión anterior, en la que un sacerdote repetidamente obtuvo el "remedio" del aborto? Vemos otra vez este asunto, lo que nos hace creer que el sacerdote de una comunidad parroquial servía comúnmente como una fuente ilícita de este "remedio" para el aborto cuando sus feligreses lo deseaban. Otra vez, este pecado de asesinato no cuadra con la profesión de pureza, santidad y castidad. Una vez más, vemos que el Padre Vinet estaba correcto: los sacerdotes son hipócritas profesionales.

La confesión de Don Paulo continúa:

"He frecuentado  la sociedad parroquial durante doce años --habíamos sólo seis párrocos en ella; y allí consultábamos e ideábamos todas las formas de satisfacer nuestras pasiones. Todo el mundo tenía una lista de la mujer más guapa, notable por su belleza, en la parroquia de otro; el sacerdote de su parroquia enviaba por ella para que fuera a la propia casa de él; y habiendo preparado el camino al mal, el otro no tenía nada más que hacer sino encontrarse allí con ella, y satisfacer sus deseos; y así nos hemos servido unos a otros estos pasados doce años. Nuestro método ha sido persuadir a los esposos y padres a no negarles ningún alivio espritual; a las damas, persuadirlas a ser objeto de nuestro consejo y voluntad; y al así hacer, ellas deben tener libertad de salir a cualquier hora con la pretensión de comunicar algún asunto espiritual al sacerdote. Y si ellas se rehusaran a hacerlo, nosotros pedíamos a sus esposos y padres que no las dejaran salir; o, lo que sería peor para ellas, daríamos información en contra de ellas al tribunal de la santa inquisición. Y por estas
persuasiones diabólicas estaban a nuestra orden, sin temor de que se revelara el secreto" [página 36].

Estos seis sacerdotes de esta parroquia tenían una buena estafa sexual entre ellos, ¿no? Se pasaban las mujeres de la parroquia, y el sacerdote de la parroquia en que la mujer residía actuaba como la dueña del prostíbulo, arreglando que la mujer estuviera a disposición del sacerdote sexualmente hambriento, y preparándola luego psicológicamente y/o emocionalmente para someterse al sacerdote visitante, satisfaciéndolo sexualmente.

Si la mujer se resistía, enfrentaba el tormento de que su esposo y/o su padre fueran puestos en su contra por el sacerdote, o que el cura mintira al Tribunal de la "Santa" Inquisición, para que a ella se le diera muerte como hereje. Las mujeres de esta era deben haber experimentado un infierno emocional y espiritual, sabiendo que estaban indefensas ante una arremetida como esta, porque ¿qué mujer querría pasar por la muerte en medio de torturas extremadamente grandes a manos de la Inquisición? En el próximo artículo, discutimos extensamente la Inquisición, de modo que usted pueda conocer la presión que estas mujeres enfrentaban a manos de estos sacerdotes réprobos.

¿No comenzamos a ver el cuadro de que esta práctica de obligar a las mujeres  a tener relaciones sexuales con los sacerdotes mediante la amenaza de entregarlas a los inquisidores ocurría con bastante frecuencia? Vemos que estos seis sacerdotes, que representaban el  100% de los sacerdotes de esa parroquia, amenazaban a sus feligresas en esta manera despreciable, y hemos visto informes previos sobre sacerdotes que hacían exactamente esta amenaza. ¡Más aun, vimos previamente que, cuando se informaba a los jerarcas superiores que uno de sus sacerdotes estaba obteniendo relaciones sexuales mediante la extorsión al amenazar a las mujeres con la Inquisición, ellos no tomaron acción contra los sacerdotes delincuentes!

Bien dijo el apóstol Pablo de estos hombres y de la falsa Iglesia Cristiana:

"Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe, prestando atención a espíritus engañosos y a doctrinas de demonios. Con hipocresía hablarán mentira, teniendo cauterizada la conciencia. Prohibirán casarse y mandarán abstenerse de los alimentos que Dios creó para que, con acción de gracias, participasen de ellos los que creen y han conocido la verdad" [1 Timoteo 4:1-3, Biblia Reina-Valera].

Ahora, este sacerdote agonizante revela cuánto éxito tuvo al hacer presa de  las mujeres de su congregación utilizando estas técnicas; recuerde que tenía 1,600 familias en su parroquia, así que tenía varios miles de mujeres a su disposición sexual: Escuche sus palabras:

"No he perdonado a nunguna mujer de mi parroquia con la cual me haya encaprichado, y de muchas otras de las parroquias de mis hermanos; pero no puedo decir el número, Tengo sesenta nepotes [familiares, hijos] vivos, de varias mujeres. Pero mi principal preocupación debe ser por aquellos que tengo con dos mujeres que mantengo en casa, ya que sus padres murieron. Ambas son hermanas, y de la mayor tuve dos niños, y de la menor, uno; y el que tuve de mi propia hermana murió

¡Ahora vemos que este sacerdote "célibe", casto", es culpable del pecado de incesto! ¡No estando contento con hacer presa de una reserva potencial de varias miles de sus feligresas y de aquellas de las parroquias vecinas, mantuvo a dos jóvenes como sus esposas en su residencia e impregnó a su hermana!

En lugar de pensar que este sacerdote es una aberración de esa época, déjeme recordarle que los  otros cinco sacerdotes de su Junta Parroquial estaban haciéndole la misma cosa a sus mujeres, además recuerde que el padre Given declaró en el principio que estas incidencias eran "comunes".

Ahora, examinemos cómo este sacerdote agonizante ha decidido expiar su pecado:

"...si cualquiera de ellos [sus hijos] muriera antes de que estuvieran establecidos en el mundo, y si todos murieran, dejo el dinero al tesoro de la Iglesia, para beneficio de las almas en purgatorio. Ordeno que todos los papeles de ese baulito sean quemados despueés que termine mi confesión (lo cual se hizo de acuerdo a su pedido) y que se compre la santa bula de los muertos antes de que yo fallezca, para que pueda tener el consuelo de tener en casa el pase del Papa para el otro mundo" [página 37].

¡Qué sinsentido pagano! ¡Este sacerdote trata otra vez de comprar la vida eterna! ¿Cree que la Iglesia realmente hará oraciones por las almas de sus hijos en el pretendido Purgatorio luego de que se haya embolsado su dinero? ¡Debería saber más, porque muchos ex sacerdotes confiesan que no hay manera
en que los sacerdotes digan el enorme número de misas por las cuales la gente paga cada año! Debía saber más.

Y luego lo vemos poniendo su confianza de una eternidad en el cielo en el Papa y sus sistema babilónico en vez de en el sencillo Hijo de Dios, el Salvador del Mundo, Jesucristo.

 LAMENTACIONES DEL PADRE GIVEN

Ete sacerdote moribundo falleció al día siguiente de su larga confesión al padre Given. Luego, Given se lamenta por el fruto espiritual podrido de estos sacerdotes, y de los muchos otros como él.

"¡Escucha, oh cielo! ¡Presta oído, oh tierra! ¡Y asómbrate horriblemente! Para que veas la mejor religión del mundo convertida en superstición y locura; para ver, también, que aquellos que están para guiar al pueblo, y poner a su rebaño en el camino de la salvación, son lobos vestidos de ovejas. ¡Oh, Dios, abre los ojos de la gente ignorante, para que puedan ver las injurias que sus propios guías han hecho a sus almas!".

¡Este sacerdote tenía un buen corazón de pastor, pero ni siquiera él podía ver que esta tremenda cantidad de fruto espiritual podrido testifica de la realidad de que toda la Iglesia Católica romana es un árbol podrido, desde las raíces hasta la copa! El padre Given no había contemplado el verdadero significado de las palabras de Jesús en Mateo 7:16-20; de haber contemplado apropiadamente la advertencia de Jesús, habría salido de la Iglesia Católica, y ciertamente aún no habría creído que era la "mejor religión del mundo". Hoy demasiados católicos están cometiendo el mismo error espiritual, para la ruina eterna de sus preciosas almas, almas por las cuales murió el señor Jesús. Demasiados de ellos ignoran la orden que dio Jesús a los participantes en una organización de fruto podrido. Escuche:

""¡Salid de ella, pueblo mío, para que no participéis de sus pecados y para que no recibáis sus plagas!" [Jesús, hablando en Apocalipsis 18:4].

Luego, este honrado padre nos habla sobre los buenos sacerdotes que no violan la santidad de sus votos de celibato, santidad y pureza. Escuche:

"No escribo esto por ningún fin privado, para echar la culpa a todo tipo de confesores; porque hay algunos que, de acuerdo con los principios de su religión, descargan su deber con exactitud y pureza, y cuyas vidas, en su propia manera, son sin culpa y sin reproche entre los hombres. Tales confesores como estos de que hablo, son sobrios en sus acciones; mortifican sus cuerpos con el ayuno más allá y sobre las reglas prescritas por la iglesia; con la disciplina, arrodillándose en sus armarios seis u ocho horas al día, para meditar en los misterios sagrados, la bondad de Dios, y para rezarle por todo tipo de pecadores... Sólo duermen unas pocas horas.. viven pobremente... conocí algunos de estos hombres ejemplares, pero muy pocos" [página 38-39].

"Conocí algunos de estos hombres ejemplares, pero muy pocos".

El padre Givens no sabía sino de "muy pocos" sacerdotes que eran realmente célibes, castos y santos. El resto del sacerdocio caía en la categoría de los acerdotes sexualmente hambrientos, en pequeño o gran grado.

Ya fuera que quisiera hacerlo o no, el padre Givens también nos ha dado un excelente vistazo de cómo estos pocos hombres pudieron sobreponerse al deseo sexual normal que Dios puso en todo hombre de toda era, un deseo que según la intención de Dios sería satisfecho dentro del matrimonio con una mujer Para poder sobreponerse a este deseo sexual, y no pecar, estos pocos sacerdotes seguían este régimen diario:

"... mortifican sus cuerpos con ayunos sobre y por encima de las reglas prescritas por la iglesia, mediante la disciplina, arrodillándose en sus armarios seis u ocho horas al día, meditando en los misterios sagrados, en
la bondad de Dios... Sólo duermen pocas horas... viven pobremente...".

 ¡Qué desperdicio de una vida celosamente religiosa! ¡Encuentro increíble que estos sacerdotes tuvieran que llegar a estos extremos para sobreponerse a un deseo que es normal y del cual Dios ha dado una manera de satisfacerlo! No es una sorpresa que la doctrina del celibato sea una "doctrina de demonios".

RELACIONES SEXUALES CON MONJAS

Hasta este punto, el padre Givens nos ha dado un vistazo de las muchas maneras en que los sacerdotes depredadores hacían presa en las mujeres; ahora, vuelve nuestra atención a la posición que las monjas asumen en todo este lío de escándalo sexual. Escuche al padre Givens:

"Por las constituciones de su orden, se han dedicado muchos días en los que todas las monjas están obligadas a confesarse, desde la madre abadesa hasta la propia portera, esto es, la monja que da la vuelta al torno cerca de la puerta, a través de los cuales dan y reciben todo lo que quieren. Tienen un padre confesor, y un padre acompañante, que viven cerca del convento, y tienen una  rejillita en la pared de su cámara, en todas estas rejillas las monjas confiesan sus pecados..."

"Muchos caballeros envían sus hijas al convento cuando tienen unas cinco, algunas seis, otras siete años... y cuando tienen quince años... reciben el hábito de monja, y comienzan el año de noviciado, que es el año de prueba, para ver si pueden pasar por todas las dificultades, ayunos, disciplinas, oraciones, horas de divino servicio, obediencia, pobreza, castidad y penitencias que se practican en el monasterio..."

"Luego de esto tienen la libertad de ir a la rejilla y hablar con caballeros, sacerdotes y frailes, que acuden allí como un galante va a ver a su amante. Así que cuando las monjas comienzan a tener una idea de los
placeres de este mundo, y como se las ha engañado, se arrepienten de corazón, pero es demasiado tarde, porque no hay remedio. Y no importándoles otra cosa que satisfacer sus pasiones tan bien como puedan, se abandonan a todo tipo de vilezas e intrigas amorosas"  [páginas 40-41].

Así, usted puede ver que las monjas también luchan con el celibato, y por la misma razón básica que los hombres: no pueden actuar según el plan de Dios de que sean satisfechas a través de una relación matrimonial, así que "satisfacen sus pasiones tan bien como pueden", lo que significa que usualmente "se abandonan  a todo tipo de vilezas e intrigas amorosas".

¡El padre Given después revela que cada monja tiene su  "devoto" un "galante o esposo espiritual" entre los sacerdotes! Muchas cartas de amor se intercambian entre las monjas y sus devotos. Given concluye: "... hay
expresiones más cálidas de amor y celos entre la monja y el devoto que entre la esposa y el esposo de la vida real" [página 42].

El padre Given luego da un ejemplo del amor entre una monja y los sacerdotes:

"Ahora llego a una confesión privada; y quisiera poder tener el estilo de un ángel, para expresarme con pureza y modestia en esta confesión" [páginas 42-45].

Monja:Yo confieso que desde que  dejó de importarme lo que fuera de mí, me he abandonado a todos los pecados que he sido capaz de cometer. Hace diez meses que hice mi profesión y me comprometí a perpetuidad, aunque lo hice sin intención, no soy una monja ante Dios...y de esta opinión son muchas otras monjas, especialmente las monjas jóvenes, mis amigas íntimas, quienes, así como yo,  nos comunicamos unas con otras las cosas más sagradas de nuestros corazones".

"Cada una en esta asamblea tiene su devoto, y todos los días estamos por la tarde en la rejilla ... ahora, llegando a mi mayor pecado, tengo que decirle, que una monja de nuestra asamblea tiene un fraile que es su devoto, el joven más bello, e ideamos y acordamos traerlo al convento, como hicimos, y lo hemos mantenido veintidós días en nuestra cámara. Tiempo durante el cual íbamos a la rejilla de vez en cuando, fingiendo no sentirnos bien. No hemos dado escándalo, porque nadie sospechó lo más mínimo en el caso".

Confesor: Por favor, dime, cómo pudieron ustedes dejarlo entrar sin escándalo?

Monja: Una de la asamblea ideó cubrir con la estera todo el piso de su cámara y envió por el fabricante de esteras para que midiera el largo y ancho de la habitación... Cuando llegó la estera, y el hombre pagó por ella,
una noche... el fraile [que había pedido a su prior una licencia para ir un mes al campo y disfrazarse con ropas laicas] entró a la sacristía y enrollándose en la estera, los porteros trajeron la estera a la puerta, donde esperábamos por ella; y tomándola, la subimos a una de nuestras cámaras" [página 44].

¡Esto es ingenioso! ¡Cuando un sacerdote y una monja están hambrientos de relaciones sexuales, como los vuelve el celibato, pueden  actuar con bastante ingenio al idear un esquema por el que pueden estar juntos! Esta es una rara conducta de las monjas y sacerdotes que han hecho votos de celibato perpetuo, santidad y pureza.

Nuevamente, obtenemos la imagen de la hipocresía profesional de que habla el padre Vinet en su libro "I Was A Priest" (Yo fui sacerdote), publicado en 1949, en el que relata sus experiencias en las décadas de 1920 - 1930.

Citando al padre Vinet:

"... los sacerdotes que están obligados por el celibato resuelven sus problemas sexuales en desafío a las leyes de Dios y el país. Por tanto, este voto de celibato es el mayor engaño inventado por el romanismo. Sacerdotes que son moralistas declarados  se convierten en hipócritas profesionales para poder ocultar sus romances y la discrepancia entre sus enseñanzas y sus vidas privadas" [I Was a Priest, página 25].

COMETIENDO ASESINATO

Mientras estas monjas planeaban su orgía sexual de  22 días con este joven sacerdote, reconocieron un problema potencial: los porteros que entregaran la estera enrollada en su puerta podían darse cuenta de que adentro había un cuerpo humano; después de haber llevado la estera enrollada hasta la puerta de la monja, podían ir donde la madre abadesa a informarle de sus sospechas. Tanto el fraile -que había mentido a sus superiores-como las monjas serían descubiertos.

Por tanto, las monjas concibieron un plan de asesinato. Escuche:

"Temíamos que los porteros descubrieran la cosa, pero por medio del dinero nos hemos aseguardo contra ellos; porque alquilamos rufianes para encargarse de ellos" [Ibid.]

¡Por tanto, este plan sexual ha reclamado las vidas de los dos porteros que inocentemente cargaron al fraile hasta la puerta de la monja!

Pero iban a ocurrir más asesinatos. Después de sostener relaciones sexuales con este joven por  22 días, algunas de las monjas se encontraron en una "condición delicada".

"Un mes después, tres de nuestras amigas comenzaron a percibir la condición en que estaban, y dejaron el convento una noche, por lo cual han dado un gran escándalo en la ciudad, y no sabemos qué ha pasado con ellas; en cuanto a mí, tengo los ojos puestos en hacer lo mismo, porque estoy bajo las mismas aprensiones y temores; porque considero que si continúo en el convento, mi tamaño poco usual me descubrirá, y aunque se salvará una vida, perderé la mía en una manera miserable por las dirigentes de nuestra orden..."

¡Ella temía que sería asesinada por sus superioras en la orden! Más aun, ella debe haber estado temerosa de que pudiera morir a manos de los inquisidores, porque confesó su temor de que "las dirigentes de nuestra orden"  la matarían "en una manera miserable".
 

Continuó con su plan:

"Estoy totalmente resuelta a evitar mi ruina y mi muerte por un remedio que opera fuertemente. Esto es todo lo que tengo que decir, y espero de usted no sólo su consejo, sino también su asistencia" [página 45].

¡Ahora, esta monja embarazada ha decidido abortar a su bebé, y demanda de su confesor que le consiga el "fuerte remedio" por el cual ella pueda abortar su bebé! Cuando el confesor se resiste a su demanda, esta monja se vuelve realmente desagradable con él.

Se viró el pastel, ¿no? ¡En lugar de que un sacerdote amenazara a una mujer en su confesionario con que la acusaría a la Inquisición a menos que ella tuviera relaciones sexuales con él, esta monja está amenazando a su nuevo confesor con la Inquisición! Tal amenaza debe haber ocurrido con bastante regularidad entre los sacerdotes en este periodo. Evidentemente, una monja que reclama que su confesor la corrompió sexualmente mediante el confesionario tiene peso suficiente entre los oficiales de la Inquisición para que ella logre que lo maten mediante torturas.

Más aun, la corrupción sexual a través del confesionario tienen que haber ocurrido tan comúnmente entre los sacerdotes, que cuando esta monja amenazó con mentir así sobre que él era el padre de su niño, los oficiales de la Inquisición habrían encontrado que la acusación era totalmente verosímil.

Por supuesto, esto es exactamente lo que La Espada del Espíritu ha estado diciendo por mucho tiempo; cuando se establece una iglesia sobre una base espiritual defectuosa de "doctrinas de demonios" y doctrinas copiadas directamente delos Misterios Satánicos Babilónicos, se está pidiendo un desastre espiritual, y la Historia está llena de justamente ese desastre espiritual, porque la Iglesia Católica ha sujetado a su sacerdocio a torturas mentales y emocionales predeciblemente terribles a través del celibato.

CONCLUSION

La mentira oficial --lo último que se ha tejido-- está en efecto. No sólo los sacerdotes están diciendo a sus fieles que el tema no es el celibato, sino que el libro "Goodbye! Good Men" [Michael Rose, autor] está efectivamente repitiendo esa mentira. Michael Rose va hasta el punto de abogar fuertemente por un retorno a la ortodoxia tradicional de la Iglesia Carólica Romana como solución a la pedofilia sacerdotal que ahora plaga a la iglesia en todo el mundo. Rose reclama que el problema es que, durante los pasados 40 años, los homosexuales militantes y activistas han infiltrado la Iglesia y casi han tomado el sacerdocio. Eso significa que Rose considera que el periodo previo a 1962 está libre de abuso sexual sacerdotal y escándalos.

Pero ahora, vemmos que este abuso sexual ha estado ocurriendo en fecha tan temprana como 1710, y que los sacerdotes amenazaban regularmente a sus penitentes del sexo femenino con la muerte por tortura a través de la Inquisición si no se sometían a su lujuria sexual.

Hemos visto que los sacerdotes conseguían regularmente el "remedio" químico del aborto para las mujeres, especialmente las mujeres fecundadas por sacerdotes. Parece no haber fin a los pecados que han partido de esta corrupción sexual que es la Iglesia Católica.

El nivel del desastre sexual, exageradamente alto, que confronta la Iglesia Católica Romana de hoy podría también ser un proceso acumulativo de que habla Dios en Su Viejo Testamento.

"Porque han sembrado viento, cosecharán torbellino" [Oseas 8:7].

Ciertamente, la maldad del Fin de los Tiempos está entre nosotros. ¿Está usted listo espiritualmente? ¿Lo está su familia? ¿Está usted protegiendo adecuadamente a sus seres queridos? Esta es la razón de este ministerio, permitirle a usted primero entender el peligro que enfrenta, y luego ayudarle a desarrollar estrategias para advertir y  proteger a sus seres queridos. Una vez usted esté completamente adiestrado, podrá usar su conocimiento como un medio para abrir la puerta de la discusión con una persona que no sea salva. He podido usarlo muchas veces, y he visto a personas venir a Jesucristo como resultado.

Estos tiempos peligrosos son también una epoca en que podemos alcanzar muchas almas para Jesucristo, lo que representa una diferencia eterna.

Si usted ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, pero ha sido muy tibio en su caminar espiritual con El, usted necesita pedirle inmediatamente perdón y renovación. El lo perdonará instantáneamente, y llenará su corazón con el gozo del Espíritu Santo. Entonces, necesita iniciar un caminar diario de oración y estudio personal de la Biblia.

Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo como Salvador, pero ha comprendido Su realidad y el Fin de
los Tiempos que se acerca, y quiere aceptar Su regalo GRATIS de la Vida Eterna, usted puede hacerlo
ahora, en la privacidad de su hogar. Una vez usted lo acepte a El como Salvador, usted habrá Nacido
de Nuevo, y tendrá el Cielo tan seguro como si ya estuviera allí. Entonces, podrá descansar seguro de
que el Reino del Anticristo no lo tocará espiritualmente.

Si a usted le gustaría Nacer de Nuevo,  vaya ahora a nuestra Página de Salvación .

Esperamos que haya sido bendecido por este ministerio, que busca educar y advertir a las personas, de modo que puedan ver el Nuevo Orden Mundial por venir -el Reino del Anticristo-en sus  noticias diarias.
 

Finalmente, nos encantaría saber de usted. Puede enviarnos un E-Mail a 

Dios le bendiga.
 

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